Nanao Ise

Nanao Ise

Teniente de la 12ª División

Personalidad
En claro contraste con su Capitán, Nanao es una persona muy seria e imparcial, que no se deja llevar por sus emociones y actúa siempre de forma contenida, acatando al pie de la letra las órdenes que se le han asignado sin pensárselo dos veces. Más que ningún otro subcapitán, Nanao es una Shinigami muy formal y estricta, que dirige con mano de hierro su división y las reuniones de la Asociación de Mujeres Shinigamis siempre que sus superiores en ambas instituciones (Syunsui Kyōraku y Yachiru Kusajishi) se olvidan de sus responsabilidades.

Conocida por su proverbial orden y meticulosidad, también es dueña de unos modales exquisitos y una calma fría que le permite ser, en circunstancias puntuales, una persona implacable. Por otra parte, la paciencia de Nanao parece estar algo limitada y, cada vez que llega a enfadarse, se ajusta las gafas o incluso llega a quitárselas, y su sola visión es capaz de aterrorizar a quienes la contemplan.

Historia
Por aquel entonces, cuando era tan sólo una niña y el miembro más joven de la 8ª División, la primera noche de cada mes Nanao acudía a visitar a la por entonces Subcapitana Risa Yadōmaru, a la que admiraba profundamente como si de una hermana mayor se tratase, y juntas leían un grueso volumen que siempre llevaba la pequeña.

La noche en que Risa sufre la Hollowficación resulta ser una de esas jornadas de lectura, y Nanao acude a la cita tan puntual como siempre. Al verla, Kyōraku afirma acordarse muy bien de ella y le dice que ese día Risa no podrá leer con ella porque se encuentra en una misión. Nanao se preocupa por ella, mas Kyōraku la tranquiliza asegurándole que al día siguiente volverá y estará perfectamente.

Desgraciadamente, esto no llegó a ser así y Risa se vió forzada a esconderse en el mundo de los vivos durante los siguientes años junto a los otros Shinigamis que fueron víctimas de la Hollowficación y pasaron a ser conocidos como Visored. En todo este tiempo, Nanao creció y acabó por ocupar el puesto de Risa como Subcapitana de la 8ª División.

En la invasión de los Ryoka, desde una ventana, Nanao notifica a Kyōraku la presencia de uno de los Ryoka, ante lo cual el capitán se dispone a ir a luchar contra él, aunque se queja de tener que hacer ese tipo de trabajos cuando está descansando.

Nanao opina que no es necesario que Kyōraku se moleste en hacer una tarea así y se ofrece ella misma, más su superior le dice cariñoso que no quiere que su querida Nanao-chan resulte herida, lo que provoca el enfado de la aludida. Harta de las familiaridades de Kyōraku, Nanao le golpea y le deja irse, quedándose en el edificio mientras el capitán sale al encuentro de Chad.

Para hacer más efectista la aparición de Kyōraku ante el intruso, Nanao accede a lanzar pétalos de flor desde el balcón, pero al volver Kyōraku a lanzarle piropos se harta de él, le vacía la cesta entera y luego se la tira a la cabeza.

Durante el combate de Kyōraku y Chad, Nanao se mantiene al margen y recibe con sorpresa la noticia de la muerte de Sōsuke Aizen por medio de un miembro de las Fuerzas Especiales. Al ser derrotado Chad, Nanao avisa a Kyōraku de las nuevas noticias y pide permiso para asestarle el golpe de gracia al Ryoka, siendo detenida en el último momento por el Capitán de la 8ª División, quien opina que lo mejor será interrogarlo después de llevarlo a las dependencias de la 4ª División.
Cuando llega el día de la ejecución de Rukia Kuchiki, Nanao sube a los tejados a avisar a Kyōraku -que de nuevo está sin hacer nada- de que ya ha llegado la hora. Después de un breve momento de bromas, Kyōraku se pone serio y le pregunta a Nanao qué debería hacer. La subcapitana le responde que da igual lo que ella piense, ya que de una forma u otra Kyōraku acabaría haciendo lo que él quisiera, mas finaliza ofreciéndole su apoyo y reafirmando su fidelidad. Juntos acuden a la cima del Sōkyoku y presencian junto a otros capitanes y subcapitanes el impresionante espectáculo, que finaliza bruscamente con la llegada de Ichigo Kurosaki y el rescate de Rukia.

Después de que Ichigo rechace la primera embestida del Sōkyoku liberado, hace su aparición el Capitán de la 13ª División Jūshirō Ukitake acompañado de sus dos 3º Oficiales, Sentarō Kotsubaki y Kiyone Kotetsu y junto con la inesperada ayuda de Kyōraku y de Nanao, destruyen el Sōkyoku. Tachados de traidores, Kyōraku y Ukitake se marchan a un lugar apartado donde luchar con Shigekuni Yamamoto-Genryūsai sin peligro de herir a nadie.

Nanao les acompaña, pero la sola presión espiritual del Comandante General del Gotei 13 es tal que casi es asfixiada, y Kyōraku la tiene que llevar a un sitio apartado donde poderse recuperar. Aterrorizada por lo que acaba de experimentar, Nanao se dice a sí misma que no es que sea difícil que ambos capitanes derroten a Yamamoto, sino que es del todo imposible. No mucho después, Nanao ya está plenamente restablecida y es una de las personas a las que se hace saber la traición de Sōsuke Aizen y contempla su partida al Hueco Mundo desde el Sōkyoku.

Luego de haber pasado la batalla por Karakura y haber capturado a Aizen, la teniente sigue con su trabajo bien dedicado que lleva.