[Prueba] El comienzo de un nuevo capítulo

-¡Agh! ¡¿Pero qué?! – Fueron las palabras del saiyajin Bardock al abrir sus ojos que creía calcinados, además de todo su cuerpo, pero no… Se encontraba entero, pero en un lugar cuyo sitio no era el espacio cercano a su planeta.

-¿Qué es este lugar…? Está claro que no estoy en el planeta Vegeta –Su mirada se posaba en el desconocido cielo violeta, pero lo más extraño era que se encontraba de pies, como si hubiera aparecido allí sin más, sin embargo, otra sorpresa se llevó al mirar lo que se encontraba bajo el puente donde pisaba; nubes doradas lo rodeaban en un ancho de kilómetros cuadrados.

Se acercó al borde del puente para darse cuenta que aquella sustancia era más densa que la de otra nube cualquiera, el cual podía casi agarrarla con sus manos- Donde diablos estaré…

Quizás hallaría respuestas tras la exagerada entrada que permanecía más adelante, quien seriamente se levantó y se dirigió para entrar. Estando en aquel lugar, vio a los residentes del lugar, cuya raza tampoco era que conocía, por lo cual los miraba fijamente, pero su nueva sorpresa se la llevó al presenciar el gigantesco ser que tenía al frente, sentado tras su pupitre que parecía hecho especialmente para él- Tú eras Bardock, el primer saiyajin en llegar, ¿verdad? – Hizo una pregunta que no necesitaba respuestas, pues, él sabía muy bien que aquel del pelo negro era Bardock- ¿En llegar? ¿Quién eres tú y donde rayos estoy? –El gigante le dedicó una pequeña sonrisa, que luego le respondería- Yo soy Enma Daiho Sama, el que decidirá si partes al cielo o al infierno. –Bardock mostraba confusión en su rostro. No dijo nada al instante, pues, meditaba lo que le había dicho el llamado Enma- ¿Cielo e infierno? Entonces… en cierto que he muerto… -Respondió aun costándole creerlo.
-Así es… has muerto asesinado por Freezer al tratar de salvar a tu planeta. –No pudo resistir apretar su puño al oír el nombre de su despreciado gobernante, pues, la traición que recibió ante él, nunca se lo llegaría a perdonar- Freezer… -Pronunció su nombre mientras controlaba su rabia cabizbajo- ¿Entonces él… él logró destruir al planeta Vegeta? –El llamado Enma cambio su expresión tranquila y relajada al ver los sentimientos que se llevó consigo después de muerto- Si… tu raza se ha extinguido, lo siento… -Entonces para animar al saiyajin deprimido (que en verdad los sentimientos que lo rodeaban eran de rabia), decide empezar a juzgarlo, que aquello no sería lo malo que se esperaba- Bardock… tus acciones antes de morir, influyeron excesivamente a tu destino aquí, en el Otro Mundo. Primeramente fuiste una persona fría y sin corazón; ya te había guardado un boleto al infierno, pero luego de ver lo que intentaste hacer… Vaya Bardock, tu alma debe de descansar eternamente en el paraíso.

El saiyajin se había relajado un poco para prestarle la atención al gigante, aunque eso del cielo… no lo consideraba mucho- ¿Y eso se supone que es bueno para mí? –El gigante Enma vio que aquello no lo ayudo mucho, y era de suponer, los saiyajin no serían la clase de raza apacible que quedaría conforme estando en un lugar de eterno descanso como sería el paraíso, así que continuo con lo siguiente que tenía que contarle- Verás… si es bueno, pero para tu caso, no es obligatorio que vayas allí.–Señalándolo con su enorme dedo índice, continuó- ¿Vez tu cuerpo? Las personas, al llegar aquí, entrar como almas (un fuego tenue de color celeste), pero en tu caso, yo hice que conservaras tu cuerpo como regalo por tratar de hacer aquel acto de valentía. –A Bardock le tuvieron que informar esto para que se diera de cuenta que se sentía extrañamente familiar para estar muerto. En resumen, era como si estuviera aún con vida- Las ventajas de las personas que tienen este privilegio, es que pueden hacer uso de sus habilidades y seguir perfeccionándolas. –
-¿Perfeccionarlas…? –quizás pensaba en el "porqué" necesitaría hacerse más fuerte en un mundo de muertos, pero la verdad es que habían muchas, y Enma Daioh estaba a punto de decirselas, pero Bardock encontró un motivo por el cual le era suficiente, y detuvo a Enma antes de que dijera algo con una simple expresión- ¡Ah! –El gigante quedo confundido por su reacción, pero luego se daría cuenta al hablar con palabras- Si aquí vienen todos los muerto… ¡Freezer vendrá aquí cuando sea asesinado por mi hijo! –Con su alzada de voz, capto la atención de los demás residentes en la sala, y Enma seguía sin entender a aquel saiyajin- Si… Freezer vendrá aquí si es que muere, pero… lo dices como si sus días estuvieran contados. –Era claro que Enma no sabía de las visiones que tuvo Bardock a causa de ese residente del planeta Kanassa por lo que dijo, y si se cumplió aquella visión de que su planeta sería destruir, entonces la de su hijo ante Freezer, también sería cumplida.

-Enma Daioh… estoy decidido a no desperdiciar mi eternidad en el Paraíso, ¿entonces donde irían las almas como la mía? –Pregunto el ahora animado Bardock, quien sorprendía al Juez gigante. Esto alegro un poco a Enma, pues, pudo sacarlo del peso que se echaba así mismo, diciéndole luego lo que esperaba oír- Vaya… te ves decido por algo iluso, pero qué más da. Te concedo el permiso de encaminarte por el Camino de la Serpiente. Al final de ese camino, te encontrarás con la persona indicada para tu entrenamiento. Le diré a uno de mis asistentes que te guíe. –Llamando a uno de sus lacayos con cuernos, este se dirigió al guerrero y ambos se marcharon de la sala exagerada.

Afuera de ella, los esperaba un auto que los conduciría por un camino rojo, hasta llegar al verdadero Camino de la Serpiente, cosa misma que le explico el señor de rara figura a Bardock, pero este, en vez de seguirlo y montarse en el vehículo, dio en revelación su aura de ki y, sonriente, le dijo a su encargado su parecer- No necesito de tu ayuda, solo me retrasarías, puedo avanzar más rápido que esa cosa. –Asustado el sujeto, vio como Bardock despegó en dirección a su destino, por lo cual no pudo darle la explicación que seguramente le iba a resultar esencial.

El primer saiyajin en morir y cambiar, ahora tenía un objetivo, que era el de acabar con la alma de Freezer, ridiculizándolo, seguramente, de la peor manera posible.